¿Qué debe incluir un programa de control de plagas?
El control de plagas es necesario en cualquier espacio o ambiente para prevenir enfermedades como la lepra, gastroenteritis u otras más dañinas. Por esa razón, es fundamental contar con un programa de control de plagas con la finalidad de vivir una vida tranquila, sana y sin riesgos sanitarios.
No obstante, para llevar a cabo exitosamente este objetivo, debemos acudir con un profesional y solicitar un plan que incluya las acciones o herramientas necesarias para erradicar cualquier plaga pues, además de las afectaciones a la salud, también pueden dañar el funcionamiento de los aparatos electrónicos y la estructura del hogar u oficina.
Índice de contenidos
¿Qué debe incluir un buen plan para controlar las plagas?
1. Diagnóstico del lugar y posibles sectores de ingreso
Un buen programa de control incluye el análisis de las posibles plagas que se encuentran habitando el espacio a tratar. Por ejemplo, en el rubro alimenticio, los expertos podrán detectar rápidamente insectos, roedores indeseados y hasta aves que pueden contaminar los alimentos.
Estos profesionales también determinarán, a través de su análisis, las principales zonas de ingreso y lugares favorables para la anidación. Al explorar el ambiente profundamente podrán establecer el método de control y los aspectos a modificar en la estructura, así como dar sugerencias sobre los hábitos de quienes habitan o trabajan en el lugar.
2. Determinar el origen y forma de control
Existen muchos factores que propician la aparición de plagas, entre estos se encuentran las condiciones climáticas como el calor extremo, pocos depredadores naturales en la zona, limpieza inadecuada, entre otros. Durante la aplicación de acciones para controlar la plaga se debe examinar el origen (desde puertas, ventanas, fisuras en la estructura, caños, etc.) hasta su forma de control, tanto química como lo relacionado al mantenimiento permanente.
3. Aplicar las medidas necesarias
En el programa de control de plagas deben existir dos medidas que, en general, se aplican de forma simultánea: el método pasivo-no invasivo, y el método directo.
El primero consiste en colocar barreras físicas, así como establecer un programa de limpieza y desinfección. El segundo implica aplicar productos químicos y biológicos, no dañinos para el ambiente, que puedan eliminar directamente las especies nocivas.
4. Verificación y monitoreo
Una vez aplicadas las acciones, es obligatorio que los profesionales asignados comprueben el éxito del proceso. Para ello pueden hacer una nueva inspección al terminar el trabajo y volver al lugar 24 horas después.
El monitoreo de la existencia de plagas es imprescindible para eliminar por completo el problema. Este se puede realizar al llevar un registro de control de desinsectación y al programar jornadas de limpieza periódicas.
Finalmente, una vez que se haya aplicado el programa y determinado su periodicidad, el mantenimiento e higiene son elementos fundamentales para mantener el lugar libre de plagas. Estas acciones son parte del saneamiento ambiental necesario para proteger la salud de todas las personas.
Ante una infestación o riesgo de plagas, se debe buscar un servicio profesional, que cuente con personal capacitado para resolver dudas, dar consejos y establecer el programa de control de plagas acorde a las necesidades del usuario o la empresa. Un buen profesional apostará por la responsabilidad social, por la empatía con el cliente y por mejorar la situación de forma eficaz.